domingo, 11 de diciembre de 2011

Otra vez Irán

Hace pocos días Irán informó que había derribado, dentro de sus fronteras, un avión espía no tripulado de Estados Unidos. Casi al mismo tiempo se informó, desde este país, que existía preocupación porque se trataba de un “drone” de última generación cuya tecnología podría ser estudiada “por el enemigo”.

La semana anterior las telenoticias mostraban imágenes de la embajada británica en Teherán en manos de manifestantes que agitaban banderas iraníes desde el techo. Este incidente produjo el rompimiento de relaciones diplomáticas del Reino Unido y de Francia con Irán, y el retiro del embajador de España. Estados Unidos carece de relaciones diplomáticas con Irán desde la revolución islámica cuando ocurrió la toma de rehenes en la embajada de Teherán en la época del presidente Carter.

Hará apenas un mes que Estados Unidos denunció una conspiración de elementos iraníes en ese país, relacionados con los Guardias Islámicos, para asesinar al embajador de Arabia Saudita en la ONU. En los últimos meses la revista británica “The Economist” viene informando sobre el asesinato, en las calles de ciudades iraníes, de expertos nucleares que trabajan en los programas del gobierno de Irán. ¿Serán estos asesinatos parte de la actividad de organizaciones como la CIA o el Mosad israelí?

No hay que olvidar que las actividades extranjeras contra la revolución iraní empezaron mucho antes del comienzo de los programas nucleares iraníes, e incluyeron la instigación de una guerra del Irak de Sadam Hussein contra Irán que produjo en ambos países numerosas pérdidas humanas y enormes daños económicos. Tampoco se debe omitir en la descripción de este mapa la existencia de una corriente extremista iraní que es responsable de actos como el ataque con bomba a la embajada de Israel en Buenos Aires, y que ha ablandado a la opinión pública occidental para darle credibilidad a las acusaciones de actividades terroristas que se repiten, cada cierto tiempo, contra las autoridades iraníes en los medios occidentales.

Este cuadro muestra que se está cocinando algo oscuro en torno a Irán, luego del triunfo de los países de la OTAN en la Libia de Gadafi. Pero la apuesta, en este caso, es mucho mayor y tanto la presencia de tropas de las potencias hostiles en países vecinos como Irak y Afganistán, así como también las acciones violentas y en buena parte ilegales que han ocurrido en Irak y Libia, por parte de esas mismas potencias, permite suponer que Irán eventualmente puede ser blanco de un ataque militar, que algunos analistas prevén iniciará con una agresión desde territorio israelí y que será acompañado por Estados Unidos u otros países de la OTAN.

Precisamente esa continua hostilidad contra Irán, desde que ocurrió la revolución islámica en 1979, le da la razón a los sectores más radicales iraníes que se preparan para la guerra fabricando, probablemente en este caso, armas de destrucción masiva.

No cabe duda que Estados Unidos tiene el poder destructor suficiente para hacer polvo a Irán. Ya, no una sino dos veces, usaron bombas atómicas contra la población civil en Japón. ¿Cómo justificarán, en esta ocasión, ante ellos mismos, un ataque provocado, entre otras cosas, por la paranoia de Israel, que no ha sido capaz de enfrentar constructivamente los problemas que ha creado?