jueves, 10 de noviembre de 2011

La muerte de Cano

Unos pocos lo consideraban un héroe pero la gran mayoría lo consideraba un bandido rígido y cruel. Ciertamente, era un marxista de los años 60 que nunca aceptó que la utopía del socialismo había dejado de ser una opción posible a partir de la desaparición de la Unión Soviética, y de la apertura China al capitalismo con Deng Tsiao Ping.

Quizás el llamado de Fidel, hace algunos meses, para que la juventud resucitara la opción del socialismo contaba con la esperanza de que “jóvenes” como Cano tuvieran en el futuro la oportunidad de poner en práctica sus ideas de justicia social, y de construcción de un estado socialista que evitara “los errores” del pasado.

Pero en el caso de Cano, y de las FARC los errores comenzaron hace largo tiempo con la práctica de los secuestros, del reclutamiento de menores, del uso de minas antipersona con incontables víctimas civiles, del narcotráfico que saca a relucir lo peor de los seres humanos y del terrorismo indiscriminado contra civiles.

Si la crítica de Trostsky contra el estalinismo incluía la de que se trataba de construir el socialismo en un solo país ¿qué se podría decir de este grupo insurreccional, casi el único que sobrevive en el mundo? El hecho de que los miembros de la Unión Patriótica hayan sido vilmente asesinados no significa que ellos hayan tenido razón en sus planteamientos.

Con Cano, han muerto una época y una escuela de pensamiento para bien o para mal. Las metas de justicia social, de defensa de los derechos humanos y de una sociedad pacífica y civilizada tienen otras vías fuera del mesianismo comunista. La llegada de Gustavo Petro a la alcaldía de Bogotá, justo una semana antes de la muerte de Cano, abre posibilidades nuevas a la democracia en Colombia, que en esta ocasión no van a malograrse fácilmente. A su vez, hay que revisar también el hecho de que las elecciones son procesos exclusivamente elitistas.

Hay un largo camino por recorrer, pero el comienzo ha sido esperanzador. Cano está muerto, pero las FARC siguen haciendo daño. Solo cabe espera que haya paz en su tumba.