Las preferencias arancelarias para exportar desde Colombia a Estados Unidos, ATPDEA, venció el pasado domingo 14 de febrero dejando por lo pronto-y no se sabe hasta cuándo-, la prorroga de su vigencia por parte del Congreso estadounidense. Al mismo tiempo se manifiesta interés, por parte de la administración Obama, en tramitar en el congreso el TLC con Colombia que está archivado desde hace varios años.
Ambas decisiones parecen, a simple vista, contradictorias pero se ha anunciado, por parte de autoridades de EEUU, el deseo de negociar algunas partes del proyecto del TLC que había sido acordado anteriormente.
Si estamos ante una decisión, la de no prorrogar el ATPDEA, que evidencia la necesidad de acelerar los trámites de aprobación del TLC, y una intensión simultánea de abrir las conversaciones sobre el TLC es algo que no podemos saber, sin embargo, ambos hechos pueden haberse dado al mismo tiempo por pura coincidencia pero esto no quita que en Colombia quede un mal sabor con todo el asunto, especialmente si se añade que la administración Santos, en Colombia, ha manifestado recientemente su interés en vincularse con el Mercosur lo cual podría estrechar las relaciones comerciales y políticas con Brasil y con otros países de Suramérica.
Quizás pueda ser conveniente buscar al mismo tiempo acercamientos con Estados Unidos y con Brasil. Chile tiene un TLC con EEUU y al mismo tiempo está asociado con Mercosur aunque no es miembro pleno de éste. No estamos en momentos de declaraciones altisonantes como las que ha hecho el presidente de la Asociación Nacional de Industriales criticando al congreso de EEUU.
Lo que corresponde hacer, en este mundo inestable e inseguro, es negociar pacientemente para sacar el mejor partido posible de los cambios que se están presentando y de las nuevas oportunidades que se tienen.
Colombia es un país pequeño que puede ofrecer algunas materias primas, energía hidroeléctrica, manufacturas de la industria liviana, pero sobretodo una país que tiene una población cada vez más educada y urbanizada que puede generar un mercado interno no despreciable y unas exportaciones con alto valor agregado diferentes de las tradicionales.