El presidente Santos le ha dedicado gran parte del mes de abril a impulsar los tratados de libre comercio, primero con los Estados Unidos, después con Venezuela y por último con la Unión Europea. También se habla de un TLC con Corea del Sur, y se han ratificado tratados con Chile, Canadá y Guatemala.
Específicamente, lo que tiene que ver con Estados Unidos, tiene todo de incertidumbre. En medio de la visita de Santos a Norteamérica, donde fue recibido por el presidente Obama, quedó sobre la mesa el interés de dicho gobierno de promover la ratificación del TLC en el Congreso, sin embargo, días después un grupo de republicanos suscribe una comunicación en la que plantean que la extradición de Walid Makled a Venezuela, lo que supuso dejar en un segundo plano la solicitud que en este mismo sentido realizó Estados Unidos, afectará el trámite del tratado comercial con Colombia.
Respecto de Venezuela, el reto radica en recomponer las relaciones que en los últimos años llevaron al desplome del comercio bilateral, que entre otros, condujo a la caída de las exportaciones desde Colombia a Venezuela de 6000 millones de dólares en 2008 a sólo 1423 millones de dólares en 2010, lo que supera con creces el volumen de las exportaciones colombianas que para igual año se realizaron con Alemania, Ecuador, México, Perú, Bélgica y Japón tasados en 4806 millones y que hacen parte del ranking de los 6 primeros países en exportaciones de Colombia, que incluye a Venezuela.
Una atención especial merece el comercio con la Unión Europea. Es nuestro segundo socio comercial con un volumen total, en ambas direcciones, que se acercó el año pasado a los 10 mil millones de dólares. La posibilidad de añadir a las exportaciones de café, banano, y carbón hacia Alemania otros productos como textiles, confecciones y productos de la industria ligera, así como también servicios, resulta bastante atractiva.
Alemania ha sido un país amigo, desde que terminó la segunda guerra, y tiene una política exterior abierta y prudente, sin aventurerismos ni imposiciones de gran potencia. Además, disfruta de una posición central en la Unión Europea y cultiva lazos estrechos con Rusia y China.
De Alemania no cabe esperar sorpresas como las que afectan las relaciones comerciales de Colombia con Venezuela, o Estados Unidos.
En este mapa económico vale la pena incluir dos socios que por sus desarrollos actuales y expectativas futuras serán determinantes en el comercio mundial a los que Colombia debería articularse. China, que mantiene un ritmo importante de crecimiento tanto en la demanda de bienes como en las exportaciones, y que desde el año 2006 es el segundo país en cuestión de importaciones hacia Colombia, y Brasil, que se proyecta como líder regional, relegado aún del comercio con nuestro país, apenas en cuarto lugar respecto de las importaciones, y que no aparece siquiera entre los cinco primeros respecto de las exportaciones.
