miércoles, 30 de marzo de 2011

Crisis energética

El problema de los reactores japoneses después del tsunami y el alza de los precios del petróleo tras el comienzo de los desórdenes en Libia, ponen de presente los límites que existen para el abastecimiento de energía. Hasta ahora, parecía que la solución para generar energía eléctrica sin usar combustibles fósiles estaba en la construcción masiva de reactores nucleares.

Con lo sucedido en Japón, en el mundo se están reconsiderando muchos proyectos de reactores que ya habían aprobados. Por otro lado, lo más probable, es que esto incline la balanza hacia el uso masivo de biocombustibles para reemplazar las gasolinas, y esto pese al magro rendimiento energético que media esta tecnología. La revista británica, The Economist, informa que en los Estados Unidos se emplea el 40% de la producción de maíz para producir etanol, y que en este sector el balance de energía entre la que se invierte y la que se produce obedece a una relación de 1 a 1,5.

La presión sobre las tierras cultivables es grande y, desde el punto de vista de los continentes, solo África tiene la posibilidad de ampliar significativamente la frontera agrícola. Se calcula que en este año, la población mundial alcanzará los siete mil millones de habitantes y, en gran parte del planeta, los niveles de consumo de combustibles están aumentando en una forma tal que se siente la presión sobre la disponibilidad de los alimentos impactando desde ya sus precios.

Por su parte, algunos piensan que los automóviles eléctricos son la solución para evitar el consumo de gasolina y de diesel, sin embargo, desde el punto de vista energético hay que ver que la mayor parte de la electricidad que alimentará los vehículos a escala mundial tendrá que ser producida combustibles fósiles o energía nuclear, esta última, cuya ampliación probablemente continuará a pesar de los riesgos que genera, lo que nos enfrenta de alguna manera, a un túnel que por lo pronto no tiene salida.

En el campo de las perspectivas de generación de energía eléctrica, nuestro país, Colombia, ha sido privilegiado por la naturaleza que combina aquí un relieve montañoso con una alta pluviosidad, generando así amplias posibilidades de desarrollo hidroeléctrico. Probablemente, sería posible generar diez veces más energía hidroeléctrica que la que se genera en la actualidad.

Lo que no hay que olvidar, en este cuadro local, es que está amenazado por el cambio climático, que para los periodos de sequía prolongada en las zonas que alimentan los embalses, podrían afectar de forma inestimable la generación hidroenergía.